El cáncer colorrectal es común tanto en hombres como en mujeres y es la segunda causa principal de muerte por cáncer tanto en hombres como en mujeres. Por lo general, ocurre cuando aparecen pólipos en el revestimiento del recto o el colon. Inicialmente son benignos, pero a veces se convierten en pólipos cancerosos unos 10 años después, explica el Prof. Frédéric Bretagnol, cirujano visceral y digestivo del Hospital Beaujon. De ahí la importancia de la detección precoz, ya que cuanto antes se detecten estos crecimientos, más eficaz será el tratamiento.
Cáncer colonrectal:
Existen varios factores de riesgo que pueden favorecer el desarrollo del cáncer colorrectal. Se dice que algunos son inevitables y están particularmente asociados con antecedentes familiares de cáncer colorrectal o con el historial médico personal de una persona. Ciertas enfermedades y condiciones también pueden aumentar su riesgo de desarrollar la enfermedad.
Podría ser colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, síndrome de Lynch o poliposis adenomatosa familiar, un trastorno genético que predispone al cáncer de colon.
Otros factores de riesgo pueden evitarse o modificarse, especialmente en relación con nuestro estilo de vida. Según una publicación del Ministerio de Salud Pública de Francia, se ha relacionado con el consumo de alcohol, el tabaquismo, el sobrepeso o la obesidad, la inactividad física o el sedentarismo y el consumo excesivo de carnes rojas o procesadas, con una ingesta insuficiente de fibra.
Cuales son las señales de advertencia?
El Instituto Nacional del Cáncer de Francia (INCa) destaca ciertos síntomas a tener en cuenta en su sitio web. Si no son exclusivos del cáncer de colon, pueden requerir atención médica si se prolongan o aparecen de forma repentina. Lo más importante es que estos son problemas repentinos o continuos con el tránsito intestinal. Estos pueden implicar:
- Vómito
- diarrea persistente
- volumen abdominal aumentado
- Empeoramiento o aparición repentina de estreñimiento
- Una necesidad persistente y urgente de defecar, especialmente por la mañana.
- taburete largo y delgado
- Una sensación de plenitud en el recto o el mismo nivel de tensión
- Defecación ineficaz y dolorosa.
- Un falso deseo de defecar o la sensación de no haber defecado lo suficiente, incluso si acaba de defecar
La sangre en las heces también puede indicar un problema médico y definitivamente requiere una consulta con un médico. Las heces pueden estar mezcladas o cubiertas con sangre roja muy oscura o clara. Si este último se digiere en el colon, las heces pueden ser negras. Luego se debe realizar una prueba para determinar la causa. Además, este sangrado no siempre es visible a simple vista.
El INCa también muestra que este dolor puede ser constante o regular y causar gases, calambres intestinales, dolor en el ano, molestias al sentarse o sensación de hinchazón en la parte inferior del abdomen. En el caso de un tumor rectal, los pacientes pueden experimentar un dolor que se extiende a las piernas, similar a la ciática. Finalmente, hay síntomas más raros, especialmente secreción de moco por el ano (parece flema) o anemia.
Cuando el tumor crece, los síntomas del cáncer colorrectal pueden provocar complicaciones como peritonitis u obstrucción intestinal. Estos requieren una intervención médica urgente. La evolución de la enfermedad también puede provocar pérdida de peso, fatiga, pérdida de apetito e incluso ictericia.
La importancia de la detección del cáncer colorrectal
El objetivo es detectar la presencia de sangre en las heces. Según el gastroenterólogo Dr. Christian Bredin, existen 3 niveles de riesgo para las personas que necesitan hacerse la prueba. El riesgo normal para las personas de 50 años de edad y mayores incluye la detección masiva con análisis de sangre oculta en heces. El alto riesgo es la presencia de condiciones que lo ponen en riesgo de cáncer colorrectal, o antecedentes familiares de uno o más cánceres colorrectales de primer grado o pólipos avanzados. Finalmente, el riesgo muy alto se aplica a las personas con trastornos genéticos que tienen riesgo de cáncer colorrectal. Para las dos últimas categorías, la colonoscopia se centra directamente en la detección.